Te escribo porque soy demasiado cobarde para decirte esto de frente, y porque espero que asi mis palabras
no suenen tan torpes. Aunque en realidad no sé que es lo que tengo que decirte.
Creo que debo empezar por pedirte que me perdones. Me es tan difícil verte y sentir como, por un momento, mi corazón se detiene. Ver pasar frente a mis ojos la historia que nunca escribimos; lo que nunca será, tragarme los 'Te quiero' que nunca te dije y sonreír para que no sospeches que aun me dueles.
Quizá no lo supiste, pero yo te quise. Te quería de verdad. Anhelaba estar contigo, no te imaginas cuantas veces nos pensé juntos, pero la oportunidad se nos pasó y ahora ya no te quiero, ya no te espero, ya no te creo.
No hay más nada que decir. No te puedo perdonar porque no me hiciste ningún daño; no te puedo olvidar porque nunca estuviste a mi lado.